diciembre 13, 2011

Un martes 13 te volví a ver


Todavía no lo puedo superar. Cada vez que lo veo una sensación extraña se apodera de mí y me impide acercarme mucho a él, aunque parece buena gente (como siempre), está igual que siempre. Hoy lo vi otra vez, fue la segunda vez en este año y, como dije antes, sigue igual... Alto, alegre, más abrigado que las demás personas, amable con todos y aún no logra bajar de peso.

No, no esperaba verlo. Quizá porque es martes 13 tuve que toparme con él. Me lo topé en un supermercado (igual que la primera vez), aunque esta vez estaba con mi papá, mi mamá y mi hermana pequeña. No pensaba encontrármelo, de lo contrario me hubiera preparado para enfrentarlo en cuanto lo sienta cerca. Estaba en busca de algo que me llame la atención... le eché un vistazo al lugar y ahí estaba él, milagrosamente solo.

Miedo. Eso sentí, recordé todo lo que me hizo llorar hace un par de años, recordé todos los malos momentos que pasaba cuando lo veía, cuando venía con esa sonrisa y quería darme un abrazo luego de decirme que sea buena y me daría lo que quiero. Entré en pánico un momento y me dije a mí misma que ya no era una niña, no tenía por qué temer... De todos modos no podía toparme con él otra vez y cuidé muy bien mi paso hasta salir del supermercado... Así que mi miedo sigue, absurdo... igual sigue.

No quiero volver a verlo, me da rabia verlo, aunque por ratos también me da risa, me da nervios. Sigue siendo más alto y fuerte que yo, a su lado me siento indefensa y no lo puedo soportar, ni a él ni a su clásico "ho ho ho", ni a su ropa roja y sus botas negras, ni sus mentiras y promesas, no.. No te soporto Papá Noel.

1 comentario:

Así que voy a perder mi tiempo, y voy a quemar mi mente.